«Stop murdering social leaders»- «Pará de matar a líderes sociales»
«Stop murdering social leaders» – Pará de matar a líderes sociales
En las últimas dos décadas, más de 2.500 sindicalistas han sido asesinadxs en Colombia. Más de 100 han desaparecido sin dejar rastros. Pero los responsables de sus acciones no fueron encontrados en más del 90% de los casos. Además de los grupos guerrilleros responsables de los asesinatos, se dice que también hay estrategias militares-paramilitares coordinadas que amenazan a los sindicalistas tanto física como psicológicamente (cf. Amnistía-Internacional o.D.).
Los sindicalistas de Sintracarbon también nos hablan de una situación peligrosa en Colombia en la que se encuentran actualmente. No sólo los relatos orales de los sindicalistas le dan a conocer la posición y la situación de los sindicalistas en un país como Colombia, en Internet puede encontrar varios artículos sobre este tema. Hay informes de amenazas de muerte y de que lxs sindicalistas sólo se atreven a salir de la casa con guardaespaldas a su lado. El jefe del sindicato Sintracarbon, Igor Díaz, también fue amenazado de muerte por teléfono. Pocos sabrían dónde se alojaba Igor Díaz, encuentros y rutas de viaje tendrían que cambiarse constantemente debido a las amenazas (cf. Endres, A. 2013). «Como sindicalista, tienes que ser un héroe en este país», dice un miembro de Sintracarbon (cf. Endres, A. 2013).
Pero ¿por qué los sindicalistas en Colombia tienen que ser «héroes», sin cometer crímenes, sino trabajando por los derechos de la sociedad y de los trabajadores? En un país como Colombia, donde los derechos humanos son tan válidos como en otros países.
Colombia fue uno de los 51 estados fundadores que crearon la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945. Hoy en día, la ONU comprende 193 estados y, por lo tanto, casi todos los estados del mundo. Entre otras cosas, los derechos humanos de aplicación general fueron codificados por la ONU (cf. NACIONES UNIDAS).
El artículo 3 de los derechos humanos establece que todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Además, el artículo 23 establece que «Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses» (ibid., traducción propia). Las amenazas e intrusiones en la vida privada de lxs sindicalistas están selladas en el artículo 12. Según el artículo 12 de los derechos humanos, «Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada (…) ni de injerencias en su honra y su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección jurídica contra tales interferencias o injerencias». (ibid., traducción propia). Pero muchos sindicalistas en Colombia esperan en vano la protección del Estado. A pesar de que los derechos humanos son universales, lxs activistas de derechos humanos, lxs periodistas y lxs miembros de organizaciones religiosas o humanitarias tienen que vivir en la incertidumbre y bajo amenazas, además de lxs muchxs sindicalistas en Colombia (cf. GRUPO COLOMBIA 2000). Parece que queda un largo camino por recorrer antes de que se pueda establecer una verdadera paz en Colombia y se respeten plenamente los derechos humanos.