FARC
SOY FARC
El acuerdo de paz y ahora..
Giorgia Simoniti, Lukas Janssen
Historia de las FARC
Conflictos de tierras. Una palabra clave que aún hoy en día recorre la historia de las FARC. Desde finales del siglo XV, los/as europeos/as comenzaron a adquirir y privatizar tierras de manera violenta. Durante mucho tiempo lxs colonialistas ejercieron su poder, pero en 1880 comenzaron los primeros conflictos por la tierra entre campesinos/as y grandes terratenientes debido a la explotación y la opresión. Incluso entonces, la distribución desigual de la tierra era significativa (cf. Miethke 2018: ZFD). El asesinato del candidato presidencial liberal Jorge Eliécer Gaitán en 1948 agravó el conflicto entre liberales y conservadores y, por lo tanto, el conflicto de la tierra aún más. Lxs liberales acusaron a lxs conservadores/as del asesinato y siguieron diez años de violenta guerra civil. Este período también se llama «La Violencia», costó la vida de entre 200.000 y 300.000 personas y provocó más de un millón de desplazados/as. Sobre todo en el campo, las circunstancias políticas y económicas condujeron a conflictos armados. Los campesinos y las campesinas recibieron poca atención del presidente Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957). Como resultado, las condiciones se deterioraron, el conflicto se intensificó y comenzaron a ocupar territorios. Esto sirvió principalmente como un medio de autodefensa contra las tropas militares. En 1964 los militares atacaron una zona ocupada por campesinos y campesinas, Marquetalia (al sur del Tolima). El suceso del 27 de mayo de 1964 es considerado uno de los más importantes del conflicto, porque el grave ataque provocó que los campesinos y las campesinas se unieran y se defendieran. Elaboraron un reglamento interno con reglas, mandos, normas y objetivos (cf. Suárez Jaramillo 2018: France24 – En vivo).
Su nombre: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC para abreviar, más tarde con el apéndice EP para el Ejército del Pueblo. El principal objetivo de las FARC: acabar con la distribución desigual de la tierra en el país. Por lo tanto, era un «grupo armado comunista». Sin embargo, no todos los guerrilleros y guerrilleras se verían como comunistas. Las armas eran en su mayoría simples herramientas agrícolas. En esta época se formaron otros grupos guerrilleros (guerrilla = forma especial de guerra), como el ELN «Ejército de Liberación Nacional». Este es un grupo que se formó principalmente de intelectuales urbanos/as. En diferentes momentos, un gran número de grupos paramilitares surgieron con el objetivo de actuar contra las guerrillas (cf. Miethke 2018: ZFD). En un principio, las FARC-EP eran relativamente débiles y perseguían principalmente la idea de impulsar una reforma agraria revolucionaria que beneficiara a los campesinos y campesinas. Pero el creciente comercio de drogas en Colombia en los años 70 abrió una nueva fuente de dinero, que llevó a las armas y al poder. Las FARC-EP ocuparon cinco frentes (ciertas áreas) en 1975, 24 en 1982, y poco después alrededor de 48. En 1984 se formó un brazo legal de las FARC-EP llamado UP para la Unión Patriótica (partido socialista), que trabaja por la paz. Este brazo actuó como un instrumento legal para hacer cumplir los objetivos de las FARC-EP. Sin embargo, fue despreciado por los miembros de la oposición de las FARC-EP. En total, más de 3.000 miembros de la UP fueron asesinados, principalmente por los paramilitares. En 1984, se produjo por primera vez un cese del fuego entre las FARC-EP y el gobierno. Se llegó a un acuerdo de paz, que fracasó en 1992 debido a las violaciones bilaterales. Las FARC-EP contaban con más de 20.000 miembros en los años 90 y estaban al borde de una gran rebelión para impulsar su reforma agraria. Otro intento de paz del presidente Andrés Pastrana a finales de los años noventa tampoco tuvo éxito (cf. Semana 2016). Como contramovimiento, los grupos paramilitares se unieron en 1997 (véase más arriba), bajo el nombre de las AUC, las Autodefensas Unidas de Colombia, que contaban con el apoyo de los ganaderos, los grandes terratenientes y el ejército. El expresidente Uribe (2002-2007) combinó la política con la violencia física al trabajar con las AUC para tomar medidas intensivas contra las FARC-EP. Este acto de Uribe es considerado un escándalo, ya que las AUC eran conocidas por sus acciones violentas y estaban involucradas en muchos negocios ilegales. Con el apoyo de los EE.UU. en la lucha contra el comunismo y el cultivo de drogas, el conflicto violento se intensificó a favor de Uribe. Debido a las agresivas y horribles acciones de los EE.UU. y Uribe, las FARC-EP sólo tenían unos 9.000 miembros en 2010. Las AUC se desmovilizaron oficialmente en 2006 para conceder una amnistía a sus miembros y protegerlos de la deportación a Estados Unidos. Sin embargo, los grupos paramilitares siguen activos hoy en día (cf. El Tiempo, s.a.). Durante la guerra, fue principalmente la población civil la que tuvo que soportar el sufrimiento, por lo que 8,8 millones de personas se convirtieron oficialmente en víctimas de la guerra, incluidos 7,7 millones de refugiados, principalmente en las zonas rurales. Sin embargo, muchas más personas perdieron a sus parientes o llevaron consigo otros daños. Para poner fin a esta violencia, se realizó un tercer intento de acuerdo de paz, esta vez por el presidente Santos en 2012, quien, después de cuatro años de difíciles negociaciones en La Habana, logró firmar el acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC-EP- junto con el líder guerrillero Rodrigo Lodoño (alias: Timochenko) (cf. Miethke 2018: ZFD).
Acuerdo de paz
Después de cuatro años de negociaciones, el acuerdo de paz fue firmado por el gobierno y las FARC-EP el 23 de junio de 2016. El anuncio del éxito y la fecha del referéndum se produjo el 24 de agosto de 2016, y un mes después, el 26 de septiembre de 2016, el acuerdo fue firmado públicamente en Cartagena por el presidente Santos y las FARC-EP. Sorprendentemente, el 2 de octubre de 2016, una estrecha mayoría del 50,23% votó «no» y, por tanto, en contra del tratado de paz en un referéndum. Cabe destacar que la participación fue del 37,4% (sólo 13,1 millones de los 34 millones de votantes elegibles) aunque fue una de las más importantes de la historia de Colombia. La baja participación puede explicarse en parte por el mal tiempo y el escaso acceso a los centros de votación. Sin embargo, cabe destacar que fueron precisamente los distritos más afectados por las luchas de las FARC-EP los que votaron «sí» con una mayoría de hasta el 97% (cf. El Tiempo s.a. , cf. Miethke 2018: ZFD).
El resultado llevó a dos semanas de protestas, especialmente en la capital, Bogotá. Como resultado, Santos y las FARC-EP negociaron un acuerdo modificado que tomó en cuenta algunas de las críticas (190 enmiendas) a los «no votantes». Este acuerdo fue aprobado por el gobierno con 70 votos a 0 en el Congreso y 105 votos a 0 en el Senado (cf. Oficina del alto comisionado para la paz s.a.). Las FARC-EP iniciaron entonces la desmovilización y el desarme el 1º de diciembre de 2016 y desde entonces también operaron como partido político (cf. ibíd.).
Contenido del Acuerdo
Los primeros pasos fueron desarmar a las FARC-EP y ubicarlas en las llamadas Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN). Allí están para ser resocializados en la vida cotidiana. En Colombia se establecieron 19 de estas zonas y también se acordaron siete Puntos Transitorios de Normalización, PTN, que son más pequeños que la ZVTN. En general, las zonas varían en tamaño, son inaccesibles para lxs civiles y están protegidas por la ONU. La ONU controla en cada zona el proceso de entrega de armas por parte de los miembros de las FARC-EP. En 2017, 6.934 miembros de las FARC-EP se registraron oficialmente en las Zonas Veredales (cf. Oficina del Alto Comisionado para la Paz – linea de tiempo dejacion armas 2016).
El contenido del acuerdo se puede dividir en 6 puntos principales:
- Agricultura/reforma agrícola
En este caso, a lxs ex miembros de las FARC-EP se les concede acceso y uso legal de la tierra. El objetivo es una modernización sostenible. Mediante los planes nacionales se debe lograr una mejor infraestructura y desarrollo social en lo que respecta al agua, el acceso a la vivienda, la educación y los servicios de salud. Además, se fortalecerán las economías familiares y se prestará asistencia para que sean competitivas en el mercado. Más puntos: Asistencia técnica, protección de lxs trabajadores/as, lucha contra el hambre y acceso al crédito.
- Participación política
El objetivo es aumentar la transparencia en la política, especialmente en las elecciones. Además, la participación de lxs votantes se incrementará con la apertura de nuevos colegios electorales en las zonas rurales. Las comunidades también deben recibir más participación. La oposición política (tanto los partidos como los civiles) debería estar garantizada y protegida de las tropas paramilitares. Con ello se pretende evitar que se repita una acción como la de Uribe en cooperación con las AUC. Los medios de comunicación también deben estar libres de influencias políticas.
- Fin del conflicto
La ONU controla el cese del fuego bilateral y las FARC-EP se comprometen a entregar sus armas en las Zonas Veredales y Puntos Transitorios en un plazo de 180 días. Se prevé una resocialización social, económica y política (con garantías de seguridad) en la vida civil.
- Solución del problema de la droga
A través de la cooperación con las comunidades, los cultivos ilegales deben ser transformados en áreas agrícolas de uso alternativo y permitir a los campesinos y campesinas ganarse la vida. Se continuará la lucha contra el narcotráfico. El enfoque está en la abstinencia de los drogadictos.
- Las víctimas del conflicto / JEP
Se formaron varias comisiones para asegurar el acuerdo. Se estableció la Jurisdicción Especial de la Paz, o JEP (Ley de Justicia Especial para la Paz) como la Comisión Principal del Acuerdo. Las ministros/as fueron elegidos/as por cinco instituciones diferentes (Naciones Unidas, El Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ), El Consejo Europeo de Derechos Humanos, La Corte Suprema de Justicia, El Sistema Universitario Estatal). El JEP es el componente de justicia del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Administra la justicia de transición y se ocupa de los crímenes de conflicto. Se centra en los delitos más graves y los trata de acuerdo con ciertos criterios de selección y prioridad (determinados por las leyes y los magistrados). Esto debería conducir a una paz y una justicia duraderas y estables para las víctimas. Además, se prestará asistencia para las reparaciones, la reconstrucción de tierras y los problemas psicosociales. Sin embargo, el JEP sólo se ocupa de los crímenes de las ex-FARC-EP, que están obligados a la Comisión si quieren recibir la amnistía. Los paramilitares, la seguridad civil (policía) o lxs civiles testifican voluntariamente y no tienen que cumplir con las regulaciones del PEC. Esto ha sido decidido por la Corte Constitucional y el gobierno.
- Implementación, verificación y confirmación
Se formó una comisión para monitorear y examinar el acuerdo. También se verifica mediante un mecanismo. Esto debería asegurar el apoyo internacional y la constante defensa ciudadana.
(cf.: Oficina del Alto Comisionado para la Paz 2016 – lo que hemos acordado el acuerdo final de paz 2016)
Para más información/literatura se recomienda el sitio oficial del tratado de paz. Esta página fue mencionada en este subcapítulo: Oficina del Alto Comisionado para la Paz 2016: http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/Paginas/home.aspx (consultado el 6.6.19).
Situación actual y problemas del acuerdo
El presidente actual Iván Duque anunció ya en la campaña electoral presidencial de 2018 que no aceptaría el acuerdo de paz en esta forma. Según él y sus votantes, los mayores puntos de crítica del acuerdo son el sistema de justicia especial y las leyes de amnistía para los ex miembros de las FARC-EP. Duque quiere ajustar el indulto de los JEP y los ex miembros de las FARC-EP serán extraditados por delitos graves, como los delitos sexuales. Como «hijo predilecto» del expresidente Uribe no es sorprendente que quiera romper el acuerdo de paz (cf. Brühwiller 2019:). Pero hasta ahora, el presidente derechista Duque no tiene mayoría; el Congreso ya ha votado en contra de su veto. Se espera una votación del Senado. Si el Senado también vota en su contra, Duque no tiene más posibilidades de cambiar las leyes. Dentro y fuera del gobierno, las acciones de Duque se encuentran con la resistencia de los partidarios civiles, las FARC y otras partes. Los eurodiputados de España, Grecia, Italia, Irlanda, Inglaterra y Alemania escribieron una carta a Duque y Federica Mogherini en abril de 2019. Es la Alta Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad. En esta carta, los países apoyan una vez más el acuerdo y subrayan la necesidad de su cumplimiento (cf. Smolenski 2019:). La situación actual es crítica. Los acuerdos no están siendo observados adecuadamente por el gobierno. La distribución de la tierra apenas ha mejorado desde entonces e incluso ha empeorado en algunos casos. La protección de lxs activistas y lxs miembros de las FARC es baja, los crímenes contra exguerrilleros y exguerrilleras apenas se notan y se resuelven. Además, no se pagan compensaciones y el acuerdo actual fue modificado varias veces por el gobierno en detrimento de las FARC. Por ejemplo, faltan proyectos sociales y económicos para la reintegración a la vida social. Especialmente alarmantes son los asesinatos registrados hasta ahora: 179 activistas sociales y 128 miembros de las FARC. Entre ellos se encuentra el hijo de seis meses del exguerrillero Carlos Enrique G., que vive en una zona de reintegración con su esposa (cf. Schnatterer 2019). El número de personas desplazadas sigue aumentando. Además, tanto el partido de las FARC como lxs ex miembros de las FARC-EP parecen ser el objetivo del Centro Democrático, el partido de Duque, y los medios de comunicación los presentan como saboteadores de la paz. La situación se ha desarrollado en desventaja de las FARC desde el acuerdo y esto tiene sus efectos. 180 organizaciones convocaron a un paro general nacional el 25 de abril de 2019, con la participación de varios partidos, pueblos indígenas, campesinos y campesinas, afrocolombianos/as, sindicatos y estudiantes. Piden que se respete el acuerdo de paz y que se adopten medidas inmediatas que prometan la aplicación de los seis puntos principales. Este fue uno de los primeros movimientos de huelga importantes desde el rechazo del acuerdo (cf. Schnatterer 26/04/2019 America 21). Es importante cumplir con el acuerdo, porque de lo contrario podría suceder que más y más miembros de EX-FARC se levanten en armas nuevamente. También envía una mala señal al grupo guerrillero ELN, todavía activo. Nadie concluye las negociaciones con un estado que no cumple sus promesas. El deseo de paz de las FARC en el momento del acuerdo era grande. En agosto de 2017, 13.049 combatientes capitularon temprano y casi 7.000 se ofrecieron como voluntarios/as en las Zonas Veredales. Sin embargo, en septiembre de 2018, menos de la mitad de las 7.000 personas todavía estaban en estas zonas, ya que a menudo la gente no tiene motivos para quedarse porque el gobierno no ha cumplido sus promesas. Unos pocos lo lograron y volvieron a la vida social, pero para muchos/as excombatientes su ideal y su familia se ha roto. Porque el gobierno no cumple sus promesas y la vida comunitaria entre exguerrilleros y exguerrilleras ya no es la misma. Están decepcionados. Esto hace que algunos vuelvan a la lucha y se puede observar que se están formando nuevas agrupaciones en Colombia. Gentil Duarte (antiguo partidario de las FARC) está tratando de formar una nueva guerrilla nacional, que actualmente tiene un estimado de 2.000 miembros activos/as en 13 de los 32 departamentos de Colombia (cf. Solidaritätsnetzwerk Kolumbieninfo 2019 y Guzman 2018 y Weber 2018; America 21).
El partido de las FARC promete continuar trabajando por la paz por medios políticos y trata de instar al gobierno a que tome medidas.
Para noticias más actuales, se recomienda el portal de América 21: https://amerika21.de
Informes de campo de La Elvira
Para entender mejor la situación de algunas personas de las FARC-EP, visitamos la Zona Veredal de Transición y Normalización Carlos Patiño, La Elvira, como parte de una gran excursión. Fuimos recibidos por Eduardo en Timba, Valle del Cauca. Él mismo no vive en el pueblo, pero se encarga de las relaciones públicas y de la presencia de las FARC-EP en el contexto político más allá de las fronteras de la región. El camino hacia el campamento pasaba por impresionantes cordilleras, a lo largo de empinadas laderas y, por lo tanto, sólo era transitable lentamente. Pasó por pequeños grupos de casas, algunos campos de cultivo, plantaciones de coca y pequeñas áreas de bosque. El campamento en sí está situado bastante alto en una ladera plana de la montaña y está dividido espacialmente en dos partes. La parte inferior ya fue construida hace muchos años por las FARC y por lo tanto es considerablemente más antigua. Aquí hay una sala de reuniones más grande, un edificio residencial, desde el cual también se regula la administración y un área cubierta para actividades deportivas o reuniones. En el lado de la casa de reuniones hay fotos de antiguos funcionarios de las FARC.
En la parte superior, a unos cuatro minutos a pie, se encontraban los edificios más nuevos. Algunas casas pequeñas, un área de reunión y una sala que sirvió como museo de las FARC-EP. Al igual que las fotos de lxs líderes, se supone que recuerda la lucha y las pérdidas relacionadas. En comparación con la parte inferior, los tejados grises y la escasa construcción hacen que el edificio parezca estéril en cierto modo y que forme un claro contraste con el entorno verde.
Lxs habitantes pintaron algunas de las casas con ilustraciones de colores vivos. Los motivos indican la conexión con la naturaleza y la fuerza a través de la comunidad. De nuevo en una pequeña pendiente se veían algunos edificios sin terminar. Un día se construirá un jardín de infancia en este lugar. Además de Eduardo, el pueblo estuvo representado en la discusión por Pacho, la persona responsable de la administración del grupo, así como del pueblo, cuatro personas del programa de protección y otro miembro activo de las FARC desde hace mucho tiempo. En el campo de desmovilización de La Elvira vivían 300 ex-guerrilleros/as de las FARC-EP, en el momento de nuestra visita sólo una pequeña parte vivía permanentemente en el campo.
En el curso de los bloqueos del proceso de paz más de 200 personas abandonaron el lugar de la resocialización prevista por diversas razones. Durante nuestra visita nos reunimos con unas 20 personas, entre ellas algunos niños y niñas y cuatro personas del mencionado programa de protección. A petición de las FARC-EP, estas personas están acompañadas y protegidas por otros miembros. La propuesta de utilizar guardaespaldas del estado fue rechazada y se nos justificó con la sospecha de corrupción de estos guardaespaldas. Durante la conversación hubo un ambiente tranquilo, lxs miembros de las FARC fueron educados e interesados en compartir sus impresiones con nosotros. En el propio campamento, las razones de la crítica al cumplimiento del contrato se hicieron evidentes. El campamento original de la resistencia iba a ser ampliado con edificios financiados por el Estado para apoyar la integración de lxs ex guerrilleros/as en las áreas de educación y economía regional. Sin embargo, la construcción de los edificios llevó mucho más tiempo del previsto, y algunos todavía no se han terminado. La falta de expansión del suministro de agua hace que la vida sea aún más difícil para una población más grande. Un problema importante y frecuentemente mencionado es también la falta de integración en estructuras económicas rentables. La infraestructura existente no está suficientemente desarrollada, muchas de las líneas consisten en caminos de grava, lo que dificulta el acceso de vehículos más grandes. Las comunidades vecinas difícilmente pueden vender sus productos de manera rentable. La producción de café en grano, por ejemplo, no es rentable porque no se garantiza un precio fijo y, por lo tanto, los salarios fluctúan. Lxs habitantes quisieran ampliar su propia cadena de valor para poder vender su café a un precio más alto, pero esto no es posible sin grandes inversiones. La reintegración debe ser apoyada financieramente por el estado, entre otras cosas, para reemplazar los cultivos ilegales con un uso agrícola alternativo y así continuar la lucha contra las drogas. En la discusión, las FARC se distancian de las estructuras ilegales, pero señalan que a muchos pequeños agricultores y agricultoras todavía no se les ofrece una alternativa razonable y, por lo tanto, permanecen en las viejas estructuras con el fin de asegurar su sustento. La vista de los campos de coca de los alrededores apunta a la dificultad de lxs pequeños/as agricultores/as para financiarse a través del café. Hay una falta de apoyo a las FARC a varios niveles, sólo se hace posible una presencia política, pero el gobierno está haciendo todo lo posible para mantener una mala imagen de las FARC dentro de la sociedad. Eduardo informa de una notable influencia del Estado en los medios de comunicación y lo confirma con algunos destinos individuales. Al mismo tiempo, no parece haber todavía ninguna garantía de seguridad para los miembros de las FARC. Una y otra vez sucede que los activistas desaparecen o incluso son asesinados. Estas no son las únicas historias que parecen tan extrañas desde nuestra perspectiva. La mayoría de nuestros/as interlocutores/as participaron activamente en los combates anteriores al proceso de paz. Durante muchos años, algunos incluso décadas o casi toda su vida. Un compañero de armas nos cuenta la historia de su vida y su ingreso voluntario a las FARC a la edad de 13 años. Lo justificó con la gran injusticia que le sucedió a él y a su pueblo en ese momento. Su vida no consistió en ninguna estructura conocida por nosotros. Su gente y él estaban constantemente en movimiento, no tenían un lugar fijo para dormir y estaban regularmente en combate. Pero todos estos incidentes hicieron que él y sus hermanos y hermanas, crecieran juntos. Estaba visiblemente agradecido por la confraternidad y el contacto familiar que había dentro de ellos. Al mismo tiempo, sigue viendo a su comunidad amenazada y sigue dedicando su vida a la lucha contra la opresión. Junto con muchos otros miembros de las FARC, persigue el objetivo de encontrar finalmente la paz para sí mismo y para sus semejantes. Entre nosotros, lxs visitantes, muchos pensamientos se están extendiendo. ¿Qué le hace una vida así a una persona? ¿Qué le mueve a ello? ¿Qué violencia les sucedió y qué grado de violencia provino de ellos? ¿Cuán decepcionante debe ser ver que la perspectiva de una solución pacífica sigue amenazada después de tantos años de guerra y miedo? Es un sentimiento de conflicto indefinible con el conocimiento de las numerosas víctimas del conflicto y la cobertura mediática de las últimas décadas. El país parece estar dividido y las regiones rurales parecen estar marcadas por numerosos conflictos por los recursos y la tierra. Las FARC-EP, como la voz del pueblo especialmente designada, se habían armado en ese momento para amenazar al gobierno colombiano. Lxs compañeros/as de armas murieron, lxs oponentes murieron en la batalla y la población cayó en el temor de la agrupación. Un largo período de incertidumbre y poca confianza. Escuchar sus historias y narraciones es deprimente. Dedicaron gran parte de sus vidas a la lucha por mejores condiciones de vida y aún no han hecho ninguna mejora. En cierto modo parecen agotados, pero la voluntad de vivir una vida decente y autodeterminada parece ser mayor y la confianza en el partido político FARC-EP sigue existiendo. Lxs residentes son muy cálidos/as, tranquilos/as y abiertos/as a todo tipo de preguntas. Nunca perdieron la ambición de lograr una resolución no violenta del conflicto, a pesar de la resistencia masiva y la violencia experimentada. Después de todos estos años de resistencia militar, las FARC-EP tratan ahora de afianzarse como partido en Colombia. Están reviviendo el campamento para continuar la lucha contra la injusticia. Dejaron las armas con la creencia de la justicia largamente esperada e incluso después de la ausencia de la cantidad de apoyo acordada contractualmente, muchos miembros de las FARC siguen aferrándose a esta idea. De igual manera, siguen los informes sobre los compañeros de armas, que aparentemente perdieron esta fe y están buscando de nuevo el camino de la resistencia violenta. Las FARC se alejan de esta misma violencia, pero siguen viendo la razón de ello en el Estado, su corrupción y la inseguridad existente en su propio país, que los ha acompañado durante tantos años y que todavía no tiene fin. Expresan su frustración una y otra vez, y es comprensible la decepción de no haber dado un paso notable después de un período tan largo de lucha. Aunque el fracaso en el fortalecimiento de la agricultura es más evidente en La Elvira, lxs miembros allí critican al estado igualmente por las regulaciones que aún no se han cumplido. Su tarea es concienciar a la población de este agravio y contrarrestar la influencia de los medios de comunicación. Otro foco de atención de su propio partido es la creación de redes sociales de las comunidades circundantes por medio de eventos deportivos conjuntos y otras ofertas culturales. Las oportunidades de educación, pero también las relaciones económicas, son para fomentar la creación de redes. Como no esperan ningún apoyo del gobierno colombiano, están tomando el asunto en sus propias manos en la medida de sus posibilidades y parecen bien organizados. Estrechamente unidos, defienden una reestructuración de su lucha y están agradecidos por la percepción de esto. Nuestra ronda de conversaciones continuó después de una comida conjunta hasta la puesta de sol, y a última hora de la tarde jugamos al fútbol con buen ánimo en el campamento inferior. A la mañana siguiente, el representante de los medios de comunicación de los campamentos realizó una entrevista con algunos de los estudiantes, en la que se les preguntó sobre su percepción del conflicto, después de que la noche anterior lxs residentes nos hubieran contado su percepción y los acontecimientos y asociaciones relacionados con el conflicto.
El cielo alrededor de la formación de la montaña estaba nublado esa mañana, muchos de nosotros todavía estábamos pensando en las fotos que habíamos tomado la noche anterior. El haber recibido una visión tan profunda en este corto tiempo como forastero deja claro que las FARC-EP están extremadamente insatisfechas con su situación actual y con lo importante que es para ellas el intercambio con otras personas para esta situación. En mayo de 2018, la empresa italiana de café Illy, junto con el ETCR (Espacio Territoriales de Capacitación y Reincorporación) y Ascafé (Asociación de pequeños caficultores) firmaron un contrato para mejorar la calidad de la producción regional de café en el Cauca1 y garantizar a lxs pequeños/as agricultores/as y a las FARC-EP un ingreso mínimo de unos 25 $ por Arroba² por la compra de café. Los miembros de las FARC confían en este sentido y esperan recibir más apoyo para desarrollar su cultivo de café. La cooperación internacional sirve como una clara señal para el proceso de paz y contrarresta la presión del gobierno.
Con la conclusión de este informe, deseamos unirnos a los deseos de las personas que hemos conocido y esperamos que el proceso de paz tenga éxito. Los exguerrilleros se han desarmado y están listos para trabajar en cooperación para una mejor situación. Pero la responsabilidad de la implementación no está en una sola mano, sino que es compartida con el Estado o el gobierno. Ahora le corresponde al gobierno cumplir su parte del trato y cumplir con el acuerdo, porque una vida en libertad es el bien más elevado del hombre y, por lo tanto, merece la confrontación necesaria.
Para más información sobre la cooperación con Illy: Adams, M. (30/04/2018): „Percolating peace through illy’s Colombian coffee farms“. https://hub.united.com/united-percolating-peace-2490965908.html(Ultimo accesso: 03.06.2019).
Bibliografía
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- El Tiempo (o.J.): Historia de las Farc en Colombia – Proceso de Paz – Política – ELTIEMPO.COM https://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/historia-de-las-farc-en-colombia-101832(Ultimo accesso: 6.6.19).
- Guzmán, V. (2018): „Farc-Partei: ‚Geringe Fortschritte‘ bei Friedensprozess in Kolumbien“. Text. amerika21. https://amerika21.de/2018/11/218375/kolumbien-geringe-fortschritte-frieden. (Ultimo accesso: 6.6.19).
- Miethke, S. (2018): Kolumbien – Welche Geschichte prägt das Land? | ZFD Ziviler Friedensdienst https://www.ziviler-friedensdienst.org/de/kolumbien-welche-geschichte-praegt-das-land (Ultimo accesso: 6.6.19).
- Semana (2016): La historia de las FARC https://www.semana.com/educacion/articulo/la-historia-de-las-farc/467972(Ultimo accesso: 6.6.19).
- Solidaritätsnetzwerk Kolumbien (2019): „Kolumbien: Die dissidentischen Gruppen der Farc“. Text. amerika21. https://amerika21.de/blog/2019/01/220059/kolumbien-dissidentischen-gruppen-farc.( Ultimo accesso: 6.6.19).
- Schnatterer, F. (19/4/2019):„128 ermordete Farc-Mitglieder seit Friedensabkommen in Kolumbien“. Text. amerika21. https://amerika21.de/2019/04/225223/ermordete-farc-kaempfer. (Ultimo accesso: 6.6.19).
- Schnatterer, F. (26/4/2019): „Rückschritte im Friedensprozess und landesweiter Streik in Kolumbien“. Text. amerika21. https://amerika21.de/2019/04/225431/friedensprozess-und-streik-kolumbien.(Ultimo accesso: 6.6.19).
- Smolenski, S. (2019): „Kolumbien: EU-Abgeordnete fordern von Duque Umsetzung des Friedenabkommens“. Text. amerika21. https://amerika21.de/2019/04/225295/kolumbien-frieden-abkommen-eu-parlament. (Ultimo accesso: 6.6.19)
- Suarez Jaramillo, A. (2018): Historia – Las FARC, de guerrilla a partido politico. France 24. https://www.france24.com/es/20180311-farc-guerrilla-colombia-historia-paz (Ultimo accesso: 6.6.19).
- Sandoval, D. (30/04/2018): „A Coffee for peace“: The seed that gave rise to „Café de la Esperanza“ in Cauca, Colombia.“. https://colombia.unmissions.org/en/coffee-peace-seed-gave-rise-%E2%80%9Ccaf%C3%A9-de-la-esperanza%E2%80%9D-cauca-colombia(Ultimo accesso: 29.05.2019).
- Weber, H. (2018): „Fortsetzung der Gewalt in Kolumbien“. Text. amerika21. https://amerika21.de/analyse/215865/kolumbien-fortsetzung-gewalt. (Zugriff: 6.6.19).
Ilustracíones:
Ilustracíon 1: Zona Veredal de Transición y Normalización Carlos Patiño, La Elvira.
Ilustracíon 2: Saludo delante de la casa de vecindad.
Ilustracíon 3: Edificios residenciales de la parte superior del campamento.
Ilustracíon 4: Lugar de encuentro y museo de la parte superior.
Ilustracíon 5: Ronda de conversaciones por la mañana.